
Adaptación al cambio: la brújula emocional para navegar un mundo en movimiento
Cambiar duele. Aunque a veces lo deseemos, aunque sepamos que es necesario, aunque venga con una promesa de algo mejor. Porque cambiar implica soltar lo que conocíamos. Y soltar, en el fondo, siempre es una pequeña despedida.
Pero también es cierto que no cambiar es quedarse atrás. Es aferrarse a una versión antigua de uno mismo mientras el mundo sigue girando. Y en esta era digital, veloz, incierta y compleja, la adaptación al cambio ya no es una opción: es una necesidad vital.