
Hiperconectados y agotados: el precio invisible de estar siempre online
La verdad es que vivimos en un mundo donde la desconexión parece un lujo imposible. Cada mañana nos despierta un teléfono que vibra, nos acompaña durante el día y nos arrulla por la noche con notificaciones interminables. Correos, chats, redes sociales, mensajes de trabajo y de amigos… todo a la vez, todo urgente.
Estamos hiperconectados, sí, pero ¿a qué costo? No es solo cansancio físico; es un desgaste silencioso que toca nuestra mente, nuestras emociones y nuestras relaciones. Y lo más curioso es que, a pesar de estar más cerca que nunca de todo y de todos, muchas veces nos sentimos solos, dispersos y agotados. Este ensayo busca explorar ese precio invisible de vivir siempre online y cómo nos afecta en lo cotidiano, en lo emocional y en nuestra humanidad.