
El efecto Dunning-Kruger: cuando creer saber nos juega en contra
Hay momentos —más de los que uno admitiría— en los que todos hemos sentido que dominamos un tema solo porque entendimos lo básico. Es un impulso casi natural: la mente se entusiasma, arma un pequeño castillo de certezas y, sin darnos cuenta, ya estamos opinando como si fuéramos especialistas. Y es que el efecto Dunning-Kruger vive justamente ahí, en esa frontera delicada entre la confianza y la ilusión de competencia.