El trabajo de encontrar trabajo

Introducción

El trabajo de encontrar trabajo, buscar empleo se ha convertido en una experiencia cada vez más desafiante en un mundo laboral marcado por la competencia, la volatilidad económica y la transformación digital. Muchas personas subestiman el esfuerzo que implica esta etapa, considerándola como una simple transición entre trabajos o una actividad secundaria. Sin embargo, quienes la han vivido saben que requiere organización, persistencia, inteligencia emocional y una metodología clara. En este artículo abordaremos los principales aspectos que convierten la búsqueda de empleo en un verdadero trabajo, explorando tanto los factores emocionales como las estrategias prácticas para enfrentarlo con éxito.

La dimensión emocional de la búsqueda

La búsqueda de empleo no es solo un proceso logístico, sino también una experiencia profundamente emocional. Cada postulación, entrevista o silencio por parte de una empresa puede afectar la autoestima y la motivación de quien busca trabajo. La incertidumbre prolongada genera ansiedad, y los rechazos continuos pueden llevar a cuestionamientos personales.

Es fundamental reconocer estas emociones para gestionarlas adecuadamente. La frustración es natural, pero no debe paralizar. Para mitigar su impacto, es recomendable establecer una rutina diaria que incluya espacios para la recreación, el ejercicio y el autocuidado. Conversar con otras personas que estén en la misma situación o acudir a un orientador laboral también puede ser de gran ayuda. Recordar que el rechazo no es personal, sino parte del proceso, permite mantener la perspectiva.

Consejos prácticos:
No tomes el rechazo como algo personal: Muchas veces no se trata de tu capacidad, sino de los tiempos de la empresa, el perfil buscado o incluso factores internos ajenos a ti.

Crea una rutina estructurada: Levántate a la misma hora, vístete como si fueras a trabajar y planifica bloques de tiempo dedicados a buscar empleo, capacitarte y descansar.

Busca espacios de apoyo emocional o profesional: Pueden ser grupos en redes, coaching laboral, o simplemente hablar con personas que estén atravesando la misma situación.

La preparación previa como base

Antes de comenzar a postular, es clave realizar un ejercicio de introspección profesional. Esto implica identificar nuestras fortalezas, debilidades, intereses y aspiraciones. Solo a partir de este autoconocimiento podemos definir con claridad qué tipo de empleo buscamos y cómo debemos posicionarnos ante el mercado.

Un currículum bien elaborado es nuestra carta de presentación. Debe estar actualizado, ser conciso y destacar logros concretos mediante indicadores medibles. Por ejemplo, en lugar de escribir “responsable de ventas”, es preferible decir “aumenté las ventas en un 25% durante el primer semestre de 2024”. Asimismo, el perfil de LinkedIn debe estar alineado con el CV y presentar una imagen coherente y profesional.

Consejos prácticos:
Haz un FODA personal: Identifica tus Fortalezas (ej. liderazgo, análisis), Oportunidades (ej. mercado en crecimiento), Debilidades (ej. falta de inglés) y Amenazas (ej. alta competencia).

Actualiza tu CV y tu perfil de LinkedIn: Usa verbos de acción, cifras concretas y un diseño profesional. Asegúrate de que ambos comuniquen lo mismo.

Redacta una carta de presentación efectiva: Que complemente tu CV, enfocándose en el valor que puedes aportar al rol y empresa específicos.

La estrategia de búsqueda

Buscar trabajo de forma efectiva requiere organización y enfoque. No se trata de enviar currículums de manera masiva, sino de identificar oportunidades acordes a nuestro perfil y preparar cada postulación con dedicación. Establecer metas diarias o semanales (por ejemplo, postular a tres ofertas por día o contactar a cinco personas del rubro por semana) ayuda a mantener el ritmo sin agotarse.

También es recomendable diversificar los canales de búsqueda: portales de empleo, redes sociales, bolsas de trabajo universitarias, contactos personales y ferias laborales. Cada uno ofrece distintas ventajas y llega a distintos tipos de vacantes. Llevar un registro de las postulaciones, con fechas, cargos y estados, permite hacer seguimiento y ajustar la estrategia en función de los resultados.

Consejos prácticos:
Usa una hoja de cálculo o un Trello para registrar cada postulación: empresa, cargo, fecha, estado y próximos pasos.

Diversifica tus canales: Portales de empleo, LinkedIn, bolsas de trabajo sectoriales, grupos de WhatsApp o Telegram, y redes de contacto.

No hagas postulaciones masivas: Personaliza cada CV, analiza si tu perfil calza con los requisitos y enfoca tus esfuerzos en ofertas reales y accesibles.

La entrevista como momento decisivo

La entrevista de trabajo es el punto culminante del proceso de selección. Es la instancia en la que el empleador busca validar lo que el CV promete y conocer la personalidad del candidato. Por eso, la preparación es esencial.

Investigar sobre la empresa, su cultura organizacional, sus proyectos recientes y su posicionamiento en el mercado permite responder con pertinencia y demostrar interés genuino. Practicar preguntas comunes como “¿Cuáles son tus fortalezas?”, “¿Cómo manejas el trabajo bajo presión?” o “¿Por qué quieres trabajar aquí?” ayuda a ganar confianza y claridad. Además, cuidar la comunicación no verbal (postura, contacto visual, tono de voz) es igual de importante que las respuestas.

En entrevistas virtuales, es clave probar previamente la conexión a internet, usar un fondo neutro, vestir adecuadamente y evitar interrupciones. Al final de la entrevista, formular preguntas demuestra interés y madurez profesional.

Consejos prácticos:
Practica las preguntas frecuentes: ¿Cuáles son tus debilidades?, ¿Por qué quieres trabajar aquí?, ¿Qué esperas de este rol?

Cuida tu lenguaje no verbal: La postura, la mirada y los gestos transmiten tanto como las palabras.

Prepara tus propias preguntas: Muestran tu interés real. Ej: “¿Qué desafíos enfrentará esta posición en los próximos 6 meses?”

El rol de la resiliencia y la mejora continua

La búsqueda de empleo suele estar marcada por altibajos. La capacidad de levantarse después de cada “no” y seguir adelante es lo que marca la diferencia. La resiliencia no es innata, se construye a través del aprendizaje y la acción.

Cada experiencia es una oportunidad de mejora. Si una entrevista no sale bien, es valioso reflexionar sobre qué se podría haber dicho o hecho distinto. En algunos casos, se puede solicitar retroalimentación a los reclutadores. Además, invertir tiempo en capacitaciones, talleres o nuevas habilidades técnicas y blandas mantiene activo el perfil profesional y aumenta la empleabilidad.

Consejos prácticos:
Ve cada entrevista como un aprendizaje: Anota qué funcionó, qué podrías mejorar y cómo prepararte mejor la próxima vez.

Invierte en cursos breves y accesibles: Hay múltiples plataformas gratuitas o económicas como Coursera, EdX o Udemy.

Rodéate de contenido inspirador: Libros, podcasts o testimonios que te recuerden que esta etapa también pasará.

La importancia del networking

Muchas ofertas laborales no se publican, sino que circulan de forma interna o a través de redes de contacto. Por eso, el networking es una herramienta poderosa y muchas veces subestimada. No se trata solo de pedir trabajo, sino de construir relaciones profesionales que pueden abrir puertas en el momento menos esperado.

Participar en eventos del rubro, unirse a comunidades profesionales, asistir a webinars o incluso comentar publicaciones en LinkedIn son formas de visibilizarse. Contactar a excompañeros, jefes o profesores para mantener el vínculo también puede derivar en recomendaciones o referencias. La clave es ser genuino, ofrecer valor y cultivar estas relaciones a largo plazo.

Consejos prácticos:
Participa en eventos de tu industria: Incluso si son virtuales. Conectarte con otras personas aumenta tu visibilidad.

Comparte contenido en LinkedIn: Publicar un artículo o comentar un post puede generar interacción profesional.

Mantén actualizados tus contactos: No solo los jefes o colegas, también profesores, excompañeros, mentores, etc.

Conclusión

Buscar trabajo no es una tarea secundaria ni una espera pasiva: es una actividad compleja que requiere energía, estrategia y actitud. Al entender que este proceso implica tanto el desarrollo personal como la adaptación a un mercado en constante cambio, se transforma en una oportunidad de crecimiento. Asumirlo como un “trabajo” en sí mismo permite enfrentar los desafíos con mayor preparación, resiliencia y esperanza. Porque cada acción, cada conversación y cada postulación son pasos hacia esa meta profesional que, aunque tarde en llegar, vale el esfuerzo de ser construida día a día.

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